CON EL AMOR NO BASTA
“Con el amor no basta” es el título de un buen libro del profesor Aaron T. Beck donde plantea algunas estrategias para solucionar los problemas y conflictos que suelen surgir en una pareja. Es cada vez más frecuente que acudan a consulta parejas que no disfrutan de su relación e incluso sufren debido a ella. Dentro de la Psicología Clínica, el área de las relaciones de pareja ha avanzado machismo los últimos años, y actualmente se dispone de muchísima información e investigación sobre los mecanismos que hacen que una pareja solucione bien sus problemas o tenga serias dificultades en continuar la relación. Todo esto permite que se diseñe una terapia para estos casos y se elaboren numerosas estrategias para ayudar a las parejas en conflicto.
Una etapa en la cual suelen aparecer muchos problemas es cuando se transita del período de enamoramiento y noviazgo al posterior de compromiso y convivencia. Aunque en el primer período pueden existir dificultades, e incluso que se abandone la relación, es sobre todo en el segundo período donde éstas afloran y lógicamente producen más daño, pues ya puede haber una planificación futura, unos objetivos compartidos y un pasado común que hace más difícil plantearse la ruptura. Lógicamente, el objetivo prioritario y más frecuentemente elegido de una terapia de pareja es solucionar los problemas existentes: déficit en comunicación, dificultad en la solución de problemas, dificultades para afrontar situaciones cotidianas, falsas expectativas respecto a la pareja, problemas sexuales, celos, agresividad, distribución del tiempo de ocio con la pareja, responsabilidad con los hijos, actitudes de posesión, tiranía, etc., etc.
Hemos indicado que es el objetivo “frecuente” pero no debemos olvidar que por encima de la pareja está el bienestar y la felicidad personal de los miembros que la componen, y aunque en la mayoría de las parejas se consigue “limar” esas diferencias y se mejora la relación, en algunos casos lo aconsejable es abandonar la relación. Pero en muchas ocasiones el miedo a lo desconocido de la nueva situación al separarse hacen que muchas personas se aferren a una relación que les aporta más inconvenientes que ventajas. No sólo esto, sino que además excusan el comportamiento de la pareja con ideas como “él / ella es así, hay que entenderlo/a”, “a pesar de todo, me quiere”, “no puedo dejarlo/a”, “también tiene cosas buenas y positivas”, “hemos compartido tanto…”, etc., confundiendo el sentimiento del amor, de bondad y el compromiso con la obligación de soportar todo lo que el cónyuge haga aunque sea atentar contra nuestro bienestar. El derecho a ser felices en la relación y a luchar por ello no debe ser boicoteado por los razonamientos anteriores.
Vemos a muchas personas que sufren a veces en silencio la relación de pareja, con problemas como celos, incomprensión, agresividad, no colaboración, etc.
Lógicamente no estamos en estas líneas indicando que todas las parejas con problemas decidan la ruptura, pues en un porcentaje muy elevado, con la terapia adecuada se pueden solucionar estos problemas. Pero sí indicar que es una posibilidad más y que en algunos casos es lo más adecuado, y que el cambio de unas conductas por otras no se realiza con amor, con promesas del tipo “esta vez es la última que hago…”, “te prometo que voy a cambiar…”, “si te molesta esto es que no me quieres…”, “si me quisieras no pensarías eso…”, etc. Esto sólo no basta, con amor no basta, no es fácil cambiar conductas, actitudes, y hábitos que se están realizando muchos años, Es necesario, en muchas ocasiones un apoyo sistemático de un profesional, siempre que exista una disposición para el cambio y de un compromiso real para llevarlo a cabo.
Guillermo Dalia Cirujeda y Angel Pozo López.
Psicólogos Clínicos. Miembros de la Sección de Terapia de Conducta del Colegio Oficial de Psicólogos de Valencia.