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Sufrir en los contactos sociales

Sufrir en los contactos sociales.

Fobia social

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Las relaciones sociales son algo importante en nuestra vida, estamos continuamente en relación con los demás, familiares, vecinos, compañeros de trabajo, amigos, etc. Interactuamos con todo el entorno, y como no , con muchas personas, con distintas opiniones, pareceres, actitudes, ideas, etc. Además, no nos mostramos de manera idéntica con cada una de ellas, dependerá entre otras circunstancias de la relación que tengamos con ellas, pero además, de otros factores, como nuestro estado de ánimo, y el de las otras personas, la situación concreta en la que nos encontramos, etc.

Para la mayoría de la gente todo esto relatado es algo normal, y que apenas se detienen en observar. Pero para algunas personas cualquier interacción social se convierte en una experiencia negativa, y en ocasiones aterradora. Una reunión social, familiar, una cena con los compañeros de trabajo, o con los integrantes de la asociación a la que pertenecemos, suelen ser momentos de malestar.

fobia-social Nos estamos refiriéndonos a lo que denominamos en Psicología fobia social, donde podmos hablar de una limitación importante en la vida social del individuo que la padece, pues evita muchas situaciones de esta índole. Sin embargo, sin ser tan grave, muchas personas no sólo no disfrutan de la vida social sino que como indicamos lo pasan realmente mal. Este sufrimiento, en la mayoría de los casos no es observable por terceras personas, aunque las más allegadas sí pueden percibirlo, sobre todo porque suelen comunicar sus actitudes, malestares y pensamientos sobre estas situaciones.

El factor fundamental en estos casos suele radicar en el componente cognitivo de la conducta, es decir todo aquello que estas personas se dicen, imaginan, interpretan, deducen, etc. de las interacciones sociales.

Suelen tener la costumbre de evaluar casi constantemente las conductas de otras personas, y no sólo las conductas, sino su apariencia, sus comentarios, sus costumbres, sus bromas y pareceres: “porqué ha dicho esto”, “aquel comentario iba dirigido a mí, estoy seguro/a”, “qué habrá querido decir con aquello?”           Interpretan de manera continua aspectos de su realidad que en la mayoría de los casos no son interpretables de ese modo, así es posible que de una errónea interpretación se deduzcan aspectos incómodos como la posible intencionalidad de los demás, celos, envidias, discusiones… además también están evaluándose a sí mismos por cada acción que hacen o cada frase que pronuncian: “¿habré quedado bien ante esta persona?”, “no han entendido lo que quería decir y se harán de mi una imagen errónea” ,“no voy bien vestido/a para esta ocasión, es horrible…” “el chiste que conté era inapropiado, seguro que piensan mal de mí”, “Cómo pude decir aquello”, etc.no words

Podemos decir que dan demasiada importancia a estos hechos, y suelen valorarlos de una manera exagerada, donde en buena medida casi siempre van a salir perdiendo, sobre todo si como decimos sus emociones van a depender de algún modo de lo que consideren éxito o fracaso en un momento dado. Esas emociones negativas, como culpabilidad, preocupación, sensación de fracaso, inutilidad, impotencia, etc. suelen durar varias horas o días y producen un malestar en la persona. De tal modo que se van a encontrar mal durante la reunión o el contacto social, sobre todo por que al considerar el momento como una situación de evaluación permanente no se esta relajado/a sino con respuestas de ansiedad (inquietud, taquicardia, nerviosismo general, temblores, tartamudeo, etc.) pero también antes (esperando que ocurran cosas negativas ) y después (repasando lo horrible de la interacción).

Como hemos dicho, los contactos sociales lejos de ser una ocasión donde divertirnos son situaciones estresantes y focos de malestar.

Algunas consideraciones a tener en cuenta serían el que estas personas deben aprender a no “juzgar” cualquier interacción social, a que no se puede interpretar la mayoría de las acciones de las otras personas, a no personalizar lo que los demás opinan sobre cuestiones que nos impliquen y en definitiva, a no tomarse las situaciones sociales como una especie de tribunal o sentencia donde nos jugamos mucho de nuestra valía personal. Además, paradójicamente, ocurre que si la preocupación por “quedar bien” es excesiva tendremos más probabilidad de que nos salgan mal las cosas pues no actuamos de manera natural.

 

 

 

 

Guillermo Dalia Cirujeda y Angel Pozo Lopez

 

Psicólogos Clínicos. Miembros de la Sección de

Terapia de Conducta del Colegio Oficial de

Psicólogos de Valencia

Guillermo Dalia
Guillermo Dalia
Psicólogo colegiado en la sección territorial de la Comunidad Valenciana desde 1993 con el n° de colegiado CV – 03695. Coordinador de la Sección de Terapia de Conducta del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana.

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